
Crónica del desastre
En el 2005 la naturaleza se ensañó con Cancún y la Riviera Maya: primero fue el huracán Emily, que golpeó la región a finales de julio y del que salió bien librada, y a mediados de octubre el huracán Wilma ocasionó estragos en toda la infraestructura del destino. En esta edición te presentamos, además de un balance de daños ocasionados por el huracán “Wilma”, el plan multimillonario de reconstrucción de un lugar que se rehace una y otra vez.
Octubre no fue el mejor mes para el sureste de México. Primero fue Stan, en Chiapas, y luego Wilma llegó sin invitación a Quintana Roo, y cual visitante deslumbrado con la belleza de la región se paseó por sus costas, se adentró en sus pueblos y recorrió sus calles, siempre acompañado de lluvias devastadoras y rachas de viento de hasta 320 kilómetros por hora. El huracán Wilma, de categoría 4, se quedó durante casi 60 horas y arrasó con las zonas turísticas y urbanas de Cozumel, Isla Mujeres, Riviera Maya y Cancún, entre otras ciudades de esta entidad que, juntas, albergan 772 hoteles que suman 60 mil 459 habitaciones.
La fuerza de los vientos y las tormentas producidas por el meteoro dejaron al descubierto el endeble revestimiento de parte de la infraestructura hotelera construida en este centro turístico, cuyos restos se podían ver diseminados a lo largo de 25 kilómetros sobre la Avenida Kukulcán un día después de la partida de Wilma. Láminas de tablarroca, plafones y muros falsos, aluminio y diversos materiales plásticos, e incluso algunos muebles que daban forma a una escenografía atractiva para los visitantes, fueron levantados por miles de trabajadores y elementos del Ejército y de la Armada de México, en un esfuerzo por limpiar cientos de miles de toneladas de estos costosos acabados que fueron arrancados por la fuerza del indeseable visitante.
El meteoro dañó 90 por ciento de la infraestructura hotelera, así como también la mayor parte de los comercios, restaurantes, antros, plazas comerciales, campos de golf, muelles y marinas, sin contar que las playas quedaron visiblemente erosionadas. De acuerdo con cálculos de la Secretaría de Turismo (Sectur), la infraestructura turística de Cancún sufrió daños por unos 2 mil 100 millones de dólares. En cuanto a los conjuntos residenciales de la zona la afectación fue menor, excepto casas y edificios muy cercanos al mar, que sufrieron rotura de vidrios, inundaciones, piscinas llenas de ramas, basura y diversos materiales y la caída de algunos techos de palapas. En realidad, los daños estructurales fueron pocos y el mayor perjuicio fue cosmético; sin embargo, la reconstrucción de habitaciones hoteleras se calcula en mil millones de pesos, a decir de los empresarios de la región.
Por otro lado, las inundaciones, así como los árboles, anuncios y postes caídos cancelaron la circulación de vehículos en el Boulevard Kukulcán y en las principales avenidas, por más de dos días. Por ello, se destinó una partida especial de 10 millones de dólares para la renovación y además se cuenta con un presupuesto especial de 220 millones de pesos para diversas obras (renovación de luminarias y postes, trabajos de jardinería, sustitución de palmeras, etcétera).
Por su parte, Nacional Financiera anunció una partida de 500 millones de pesos para la concesión de créditos blandos, sobre todo a empresas micro, pequeñas y medianas, a fin de apoyarlas en sus esfuerzos de reconstrucción; asimismo, se anunciaron una serie de incentivos y exenciones fiscales que estarían vigentes por algunos meses. Los créditos, que ya están operando a través de Banorte, se otorgan mientras se efectúa el reclamo de las pólizas por daños y pérdidas hasta por un plazo de seis meses y tienen un monto de hasta 120 millones de pesos.
Wilma, el desastre más costoso
El nivel de daños causados por el paso del huracán Wilma por la Península de Yucatán podría convertirlo en el desastre natural más costoso para el sector asegurador de México. Rolando Vega, presidente de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS), subrayó que el costo de los perjuicios por Wilma superarían los derivados por el paso del huracán Gilberto en 1988 (que fueron de unos mil 200 millones de dólares). Y esto es así a pesar de que de las mil 81 empresas afectadas en la región sólo 12 por ciento estaban aseguradas (80 por ciento no contaba con ningún seguro), según datos de la Secretaría de Economía. Así, las destrucciones materiales que provocó Wilma en el sur y sureste de México a empresas que contaban con una póliza de seguro ascienden a mil 407 millones de dólares aproximadamente, de acuerdo con cifras preliminares de la AMIS.
Avances en la recuperación
Con base en información de las secretarías federal y estatal de turismo, hasta el 19 de noviembre había alrededor de 5 mil cuartos de hotel operando en Cancún y para diciembre se esperaba que fueran 11 mil 153; el resto de las 27 mil 750 habitaciones de este destino seguirán en reconstrucción hasta febrero, marzo o abril del 2006, dependiendo de la magnitud de los daños. En la Riviera Maya los cuartos que ya en noviembre se encontraban en operación eran 19 mil 331, y se esperaba que para diciembre sumaran 22 mil 616, de un total de 24 mil 10. En Isla Mujeres la relación era de 546 habitaciones operando en noviembre y 842 para diciembre, en tanto que en Cozumel eran 383 cuartos en el penúltimo mes del año y 730 en el último, de un total de mil 70 y 3 mil 800, respectivamente.
Julio Martínez, miembro de la Asociación Mexicana de Marinas Turísticas, y Jesús Vega Arriaga, director general de Navega, explicaron que de las cinco marinas (Puerto Aventura, Haciendas del Mar, El Cid y las dos de Nichupté) se afectó 40 por ciento y se requiere una inversión aproximada de 2 millones de pesos en cada una para que estén operando en 90 por ciento a mediados de diciembre.
Por lo que se refiere a las embarcaciones de cabotaje, que es el transporte marítimo interpaís, Jesús Vega, concesionario de la terminal de Playa del Carmen, puntualizó que la transportación de turistas de la Isla de Cozumel al continente se ha normalizado a través del ferri de pasaje con capacidad para 400 personas. "El muelle de Playa del Carmen está operable, aunque la zona de recepción de pasajeros y comercio quedó destruida, pero se estima quede lista en su totalidad en unos dos meses, aunque ya para diciembre podría comenzar a dar servicio”, expresó Vega.
Cabe destacar que los cruceros de pasaje los realizan las empresas Navega y Aqua World, pero existen problemas con las que operan los ferris de carga que llevan combustible y alimentos a los hoteles de Cozumel, pues las embarcaciones están descompuestas. En Isla Mujeres se interrumpió el tráfico regular de cruceros, pero para diciembre se tiene previsto el reinicio de operaciones de los ferris. Vega informó que a esta región llegan mil 600 cruceros al año, y de los que llegan a Cozumel, 300 mil pasajeros se trasladan a tierra firme para recorrer la Riviera Maya y sus atractivos.
En Cozumel hay cinco muelles: uno que es propiedad de Carnival (desapareció; su reconstrucción podría llevar tres años, con una inversión aproximada de 50 millones de dólares), otro es el muelle internacional de Estibadores de América (está roto y tardará un año en reconstruirse, con una inversión aproximada de 20 millones de dólares), otro es Puente Langosta (que sufrió una fractura en la parte que hace contacto con la tierra y desapareció totalmente el área de comercios, se requieren 30 millones de dólares y su reconstrucción tomará tres o cuatro meses), otro es el de San Miguel, para cruceros, que se comenzó a utilizar casi de inmediato, al igual que el muelle de Playa del Carmen, que está en operación para fondear embarcaciones de alto calado.
Con el eslogan “Cozumel está de pie y de fiesta” el destino recibió el 14 de noviembre a los turistas que llegaron a bordo de MV Galaxy y Carnival Triumph, los dos primeros cruceros que arribaron a Quintana Roo después del paso de Wilma. No obstante, el empresario dijo que la temporada alta podría sufrir una disminución de 40 por ciento en el flujo de turistas de cruceros.
